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Pueblo venezolano honra legado humanista del médico y científico Jacinto Convit a 7 años de su siembra

Con su filosofía de servicio social a través de la investigación y la ciencia, el Dr. Jacinto Convit, se consagró como un ilustre médico que dedicó su vida a servir al prójimo con una incansable labor que rindió sus frutos y aportes a la salud de la humanidad. Hoy cuando se cumplen siete años de su partida física, el pueblo lo recuerda por su legado al descubrimiento de modelos de vacunación para combatir la lepra, entre otros logros científicos.

El médico venezolano quien también fue nombrado como “Héroe de la Salud Pública” por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), partió a la eternidad la mañana del 12 de mayo de 2014, a sus 100 años de edad.

Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913, en la parroquia La Pastora, en la ciudad de Caracas. Cursó sus estudios superiores en la Universidad Central de Venezuela (UCV), y egresa en octubre de 1938 con el título de Doctor en Ciencias Médicas, a los 25 años de edad.

En 1937, el doctor Martín Vegas, conocido pionero en los estudios sobre la lepra, invitó a Jacinto Convit a visitar la vieja casona de Cabo Blanco, en el estado La Guárico, donde se alojaban cientos de pacientes afectados por lacería o lepra.

En 1990, Convit escribía que su permanencia en Cabo Blanco fue enriquecedora en el plano personal y profesional.

“Aprendí a cuidar a los pacientes desempeñando labores de médico, juez, odontólogo y consejero, que sirvieron ampliamente para enriquecer mi conocimiento sobre la enfermedad y profundizar sobre el aspecto humano de los enfermos”, expresó en una oportunidad.

Después de varias investigaciones con el único remedio empleado en estos pacientes, el aceite de Chaulmoogra, Convit y su equipo pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó el cierre de las conocidas leproserías donde los enfermos eran encerrados y vejados en su condición humana.

Al lograr controlar la lepra y otras enfermedades endémicas, el doctor Convit se planteó el reto de crear un centro de investigaciones científicas. Así, nació el Instituto de Dermatología, que posteriormente se llamó Instituto de Biomedicina de Caracas (IBC), el cual dirigió desde 1972, y es desde el 2 de julio de 1973 la sede del Centro Internacional de Investigación y Adiestramiento sobre Lepra y Enfermedades afines de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud.

Allí, después de mucho esfuerzo conjunto y continuo, surgió la vacuna contra la lepra, que sirvió de base para la vacuna contra la leishmaniasis.

Premios por sus avances

En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, la cual resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae.

Un año antes de esta nominación, Convit recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.

En su trayectoria ha contribuido a la fundación de diversas instituciones y asociaciones relacionadas con la labor médica, tanto dentro como fuera del país. De esta forma, es miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, de la Sociedad Venezolana de Alergología y de la Sociedad Venezolana de Salud Pública.

El 28 de febrero de 2011, es condecorado con La Legión de Honor, la más alta distinción honorífica de la República Francesa.
La vacuna que le quitó el sueño.

Su lucha en la cura contra el cáncer fue otro legado. El cáncer fue una enfermedad que siempre le quitó el sueño a Convit, por lo que el eminente científico venezolano junto con un equipo multidisciplinario de investigadores tanto en Venezuela, como en el exterior había trabajado afanosamente para lograr el éxito del modelo de inmunoterapia propuesto por el médico.

El proyecto de autovacuna contra el cáncer de mamas, colon y estómago quedó en fase experimental, tras su partida física.
Como parte de su gran obra en protección de la humanidad, Convit junto a su equipo desarrolló dos modelos de vacunación para el control de la lepra y la leishmaniasis. Por ello, en 1988 su descubrimiento le valió una nominación para el premio Nobel de Medicina.

El doctor Convit, fue distinguido con el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, siempre será recordado por su infatigable labor científica y los aportes que ha preservado para la salud de los pueblos del mundo y a su lucha contra el cáncer.

En torno a la brillante carrera profesional del Dr. Jacinto Convit, y de sus invalorables aportes, el Presidente Nicolás Maduro, recordó su ejemplo en el año 2020, cuando se cumplieron seis años de su siembra e invitó a todo el personal médico de la República a seguir el legado humanitario y entrega solidaria en el ejercicio de la medicina que acompañó el trabajo del galeno.

«Rindo homenaje a nuestro eterno Héroe de la Salud Pública, Jacinto Convit. Caraqueño que ejerció con abnegación la medicina en beneficio de la humanidad. A 6 años de su siembra, invito a los médicos y científicos de la Patria a seguir su legado humanista y de solidaridad», escribió el Jefe de Estado en el twitter.

Hoy a siete años de su partida física continúa flameando la llama de la ciencia y la investigación como ejemplo humanista que nos deja el Dr. Jacinto Convit.

T: Prensa Vicepresidencia