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Natalicio 142 | Emiliano Zapata, símbolo de la resistencia campesina en el mundo

A 142 años del nacimiento del “Caudillo del Sur”, Emiliano Zapata el pueblo venezolano se suma a esta conmemoración recordando su contribución a la lucha por la justicia social, la libertad, igualdad, democracia social y respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras de su natal México.

Emiliano Zapata Salazar, es recordado como uno de los militares y campesinos más importantes de la Revolución mexicana y un símbolo de la resistencia campesina en el mundo.

Zapata nació el 8 de agosto de 1879, en San Miguel Anenecuilco, en el estado de Morelos, Distrito de Villa de Ayala, en México en un hogar humilde y sus padres los campesinos Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, le inculcaron el amor la por la tierra, lo que lo concientizó muy temprano sobre los problemas sociales y las desigualdades históricas de este sector.

En su infancia, Zapata mostró interés por la historia de México, en lo específico por los hechos de la Independencia y todo lo que tuviera que ver con las luchas que se realizaban en el país.

A la edad de nueve años, Emiliano Zapata queda impactado al presenciar un despojo de campesinos por parte de grandes hacendados de la zona, cuestionado Gabriel por su hijo, le dice que no se puede hacer nada, a lo que Emiliano responde: “¿No se puede? Pues cuando sea grande, haré que se las devuelvan”.

En el año de 1908, se incorporó al noveno Regimiento destinado a Cuernavaca, solamente duro seis meses como soldado, ya que Ignacio de la Torre (1866- 1918) lo invitó a ser caballerango en la Ciudad de México.

A la edad de 30 años, se convirtió en dirigente agrario de Morelos, donde empezó a analizar documentos que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma y participa en reuniones celebradas en Villa de Ayala, que después se convertirían en el Plan de Ayala, que suponía una reforma agraria radical, “La tierra es de quien la trabaja”.

Zapata, fue designado presidente de la Junta de Defensa de las Tierras de Anenecuilco el 12 de septiembre del año 1909, cargo que tuvo desde que estuvo en contacto con Ricardo Flores Magón, con el periodista Paulino Martínez y con el profesor Otilio Montaño.

En apoyo al candidato de oposición Patricio Leyva, Zapata tuvo su primera mediación política en la elección para gobernador de Morelos en ese mismo año, lo que trajo desquites para Anenecuilco ya que el ganador fue el candidato oficial Pablo Escandón.

Un año después, apoyado por el jefe político José A. Vivanco el Defensor del Pueblo se dedicó a recuperar por la fuerza las tierras que habían sido arrebatadas a los campesinos de Villa Ayala, repartiendo entre ellos parcelas para su cultivo.

Fue motivado por las demandas agrarias del Plan de San Luis y decidió incorporarse al ejército maderista al estallar la Revolución, pero una vez que triunfó Madero, el reparto de las tierras no se llevó a cabo.

Zapata llevó a cabo el Plan de Ayala, con el que se levantó en armas en contra el gobierno de Francisco I. Madero, el cual estaba en desacuerdo en lo que se refería a la cuestión agraria el 25 de noviembre de 1911.

En el año 1915, tras la derrota de Villa se dirigen numerosas fuerzas por todo el estado de Morelos con la finalidad de perseguir a Zapata ya que solo le quedaba como un obstáculo para la fijación del nuevo gobierno.

Zapata fue traicionado y asesinado por el coronel Jesús Guajardo, el 10 de abril de 1919, en la hacienda de Chinameca.

Su legado quedó impreso en la historia y se lee como un hombre que defendió con coraje la propiedad de las tierras para que fueran trabajadas por el campesinado.

Fue como una vez muerto, que Emiliano Zapata se convirtiera en el apóstol de la revolución y símbolo de los campesinos desposeídos. Su consigna de hombre valiente hoy retumba: “Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”

¡Viva la Revolución!

T: Ailyn Chavez