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¡Glorioso Bicentenario! La Batalla de Carabobo reivindicó la unidad patriótica para la libertad de Venezuela

Carabobo fue más que una batalla, fue una expresión de unidad cívico-militar de los patriotas con estrategias y organización comandada por el Libertador Simón Bolívar, para alcanzar la independencia y derrotar tres centurias de dominación y vasallaje extranjero.

Fue una victoria construida con destreza militar que llevó consigo las banderas del proyecto de República, que avizoró nuestro padre de la Patria en el Discurso de Angostura en 1819, y con ello el carácter irreductible de consolidar la independencia de Venezuela.

El encuentro bélico resumía los 11 años de la Guerra de Independencia, los anhelos y desafíos de un pueblo que clamaba por su libertad y por abandonar toda dependencia política extranjera. Bolívar supo interpretar la voluntad colectiva y un grito de independencia sellaría en Carabobo la derrota del fuego enemigo.

Las coyunturas sociales y políticas que antecedieron a la gloriosa batalla de Carabobo del 24 de junio de 1821, estuvieron signadas por marchas y contramarchas, victorias y fracasos que como en toda guerra o acción bélica ocurren para concretar los objetivos planteados, y está no fue la excepción. El curso inexorable por la causa republicana continuaba su marcha con Bolívar “el hombre de las dificultades”, al frente.

“La batalla de Carabobo no es un hecho fortuito, que se dio como si llegamos al Campo de Carabobo y se enfrentaron dos ejércitos (Libertador y Realistas), sino que se dio la preparación de todo una estrategia para lograr pelear allí”, nos refiere en su reflexión y estudio G/B Frank Zurita, Jefe de la División de Doctrina y Adiestramiento Militar y docente e investigador de la Universidad Militar Bolívariana de Venezuela.

En el preámbulo historiográfico se registra que las operaciones bélicas se habían detenido a causa de la firma del Armisticio de Trujillo, constituido por dos acuerdos firmados entre la Gran Colombia, representada por el Libertador Simón Bolívar y el reino de España con el jefe de la fuerza expedicionaria enviada por el rey Fernando VII, el Mariscal de Campo Pablo Morillo, durante los días 25 y el 26 de noviembre de 1820 en Santa Ana de Trujillo, Venezuela.

Éstos derogan el Decreto de Guerra a Muerte, acordaban la tregua de las acciones de guerra por seis meses y el reconocimiento de Colombia como República. El Armisticio de Trujillo, ha sido considerado como el primer acto de diplomacia de la República.

Para comienzos de 1821, Bolívar se encontraba en Boyacá, y en su ausencia ocurre el pronunciamiento de Maracaibo a favor de la República, el 28 de enero de ese mismo año, lo que rompía la tregua del Armisticio de Trujillo. Esto significó una verdadera derrota para los Realistas, dado que Maracaibo siempre les había servido a sus intereses.

El historiador Jacinto Pérez Arcay, en su obra literaria Carabobo un punto itinerario, nos relata que este hecho “más que fruto de actitud popular, se trata de una maniobra política hábilmente estimulada por el General Rafael Urdaneta, oriundo de la ciudad realista y comprensiblemente ansioso de incorporarla a la causa que él viene sirviendo”.

Después del Armisticio de Trujillo, Pablo Morillo, entrega a Miguel de la Torre el mando del ejército Realista. Al romperse la tregua en enero de 1821, La Torre protesta ante Urdaneta y luego ante el Libertador, quien en una extensa carta le responde y en conclusión refiere que: “el armisticio no incluye cláusula alguna que impida a un pueblo abrazar la libertad, ni él puede impedirlo”. En respuesta también el Libertador desaprueba al Coronel José Rafael de las Heras, subalterno de Urdaneta y quien estuvo al frente del alzamiento, afirmando que sería juzgado por haberse excedido en sus facultades.

Bolívar, se mantiene adherido al Armisticio de Trujillo, pero el 10 de marzo de 1821, escribe a La Torre, Comandante en jefe de los Realistas, anunciando su determinación de poner fin dentro del plazo estipulado que eran de 40 días, a no ser que se reconozca la independencia absoluta de Colombia. El comandante español imposibilitado para conceder tal reconocimiento, anuncia que la fecha de expiración del tratado será el 27 de abril, comenta Pérez Arcay.

En la Campaña de Carabobo, se fue construyendo la victoria

En el mes d abril de 1821, el Libertador comienza a preparar la Campaña de Carabobo, como elemento fundamental de la acción bélica independentista que le daría el triunfo el 24 de junio, aprovechando estos meses cuando se da inició propiamente a las hostilidades entre patriotas y realistas.

Bolívar, en su evolución militar tiene una concepción amplia de las operaciones en tiempo y espacio con alcance estratégico, posee dominio sobre sus comandantes de cuerpo y está por primera vez en condiciones de comprometer un plan concertado, nos aporta Pérez Arcay.

Igualmente marcha en la consolidación de las estrategias militares, la liberación de los territorios, la superioridad numérica de sus batallones frente a los realistas y un elemento estratégico fueron la llamadas “diversiones”, maniobras militares destinadas a desviar la atención del enemigo hacia un lugar de menor preponderancia para atenuarlo en la acción principal.

Para entonces, un componente a favor de los patriotas había sido la liberación de los territorios, antes al mando de los Realistas. Los republicanos se habían enseñoreado de Guayana y las Provincias de oriente, siendo esto una ventaja de dominio amplio del semicírculo que describe a Guárico, Calabozo y Trujillo, para llegar a los Andes merideños, hasta Maracaibo ya incorporados a Colombia.

Los Realistas por su parte ocupan una amplia franja de espaldas al mar aún bajo dominio de su escuadra, por esta vía recibían de España alimentos, armas, pertrechos y municiones. Además dominaban puntos estratégicos como Caracas y Coro. Pérez Arcay, sostiene que Bolívar, quien ya contaba con el triunfo de Boyacá y la Nueva Granada, además de los territorios libres de Venezuela, está entonces en capacidad de elegir estrategias.

“Si opta por la ofensiva (…) con su temperamento y superioridad material relativa puede escoger momento, dirección y dosificación de los esfuerzos, dispone de la iniciativa, en tanto su antagonista, no tiene otro camino que aguardar el golpe y reaccionar en concordancia”, añade el historiador.

Zurita, nos explica uno de los principios de la Campaña de Carabobo: “En esa campaña se dan varias operaciones militares, esas operaciones estaban destinadas justamente a tratar de desmembrar el ejército español, antes que se concentrara y pudieran dar una batalla decisiva, es decir si La Torre se presentó en esa zona central con 6000 hombres, la idea de Bolívar era llegar a la batalla decisiva que todavía no tenía precisión de donde iba a ser, podía ser en San Carlos, podía ser en Barinas, pero se dio fue en Carabobo, y él pretendía llegar a esa batalla con superioridad numérica”.

Diversiones militares, estrategia para la victoria

Para comenzar la batalla campal que culminó el 24 de junio en las llanuras de Carabobo, Bolívar define las “diversiones militares”, de las cuales Zurita nos dice que apuntaron a restarle fuerzas ejército español y cuando se presentarán en la batalla decisiva, ellos estuvieran en una cantidad inferior de soldados. Además era imprescindible unir a los tres ejércitos: el de Páez, Urdaneta y el suyo para salir en busca del ejército Realista de manera simultánea.

Mientras tanto el ejército de Oriente a la mano del General José Francisco Bermúdez, llegando a Caracas, obligaría a los españoles a dividir fuerzas.

Bolívar se pone en marcha. El 5 de marzo de 1821, está en Trujillo. El 21 en Achaguas y el 28 del mismo mes en Payara. Regresa a Barinas, a donde llega el 12 de abril, pasa por Guanare el 17 de mayo, por Ospino el 28, ocupando el 30 de mayo la Villa de Araure, nos relatan los historiadores Carlos Fagúndez y Carmen Marcano de Fagúndez, en su obra literaria Simón Bolívar Año tras año 1783-1830.
Para el 30 de abril, Bolívar había conseguido la plena unidad espiritual de sus fuerzas con el hábil gesto de designar jefe de su Estado Mayor General a Santiago Mariño.

Entre marzo y mayo de 1821, el Libertador en una gran actividad estratégica se había reunido con casi todos los jefes patriotas discutiendo las maniobras para la gran batalla. En todos los encuentros había concertado concentrar a los ejércitos en San Carlos a donde llega el 2 de junio y el 5 llega el grueso de su ejército.

El General José Antonio Páez, inicia su marcha el 10 de mayo en Achaguas. Atraviesa el río Apure con un ejército de 2.500 hombres, 2.000 caballos de reserva y 4.000 novillos para alimentar la tropa, en pleno tiempo de lluvias. La caballería de Páez, entra en San Carlos el 4 de junio y el 18 llega la infantería.

Entre tanto, la diversión al mando del general José Francisco Bermúdez, partió el 28 de abril por instrucciones del Libertador, desde Barcelona en Oriente, con 1.200 hombres la mayoría campesinos, esclavos y ciudadanos humildes quienes iban rumbo a Caracas y esta acción estaba encaminada a dislocar el dispositivo de La Torre, forzándolo a volver a su espalda. Bermúdez pasa por Tacarigua de la Laguna, el Guapo y Chuspita desalojando a grupos combatientes en el trayecto.

De Barlovento marchan hacia Guatire, en donde recorrerán más de 129 kilómetros. Una vez en el lugar, vuelven a luchar contra el ejército imperial en el Combate de El Rodeo, el 12 de mayo de 1821. Tras unas tres horas de lucha, ocurrida específicamente en el sector Trapiche de Ibarra. El Ejército Patriota sale victorioso, dejando solo un saldo de 90 hombres, entre muertos y heridos. Se dice que en el enfrentamiento se incluían venezolanos que estaban de acuerdo con la colonización.

A diez días para la Batalla de Carabobo, el 14 de junio de 1821, las tropas patriotas del General José Francisco Bermúdez, luchan en un cruento y sangriento combate contra los soldados del Ejército de las Banderas del Rey en el sector Macuto, situado al sur oeste de Santa Lucía.

“El Combate de Macuto fue un duro y cruel enfrentamiento bélico que duró aproximadamente unas siete horas, hasta que al final fue debilitado el ejército realista y sale victoriosa las fuerzas republicanas y patriotas. A los realistas no les queda otra opción que huir hacia el noroeste y tomar el camino hacia Soapire”, cuenta Juan Ramón Ávila, cronista de Santa Lucía del municipio Paz Castillo.

La misión del General en Jefe del Ejército de Venezuela, José Francisco Bermúdez, encomendada por el Libertador Simón Bolívar, está cumplida. Las fuerzas castrenses del Rey Fernando VII, están debilitadas moral y militarmente. Además se logró recuperar territorios ocupados por los españoles y se impidió que fuerzas imperiales llegaran a los campos de Carabobo para el conflicto bélico final del 24 de junio de 1821. La Batalla de Carabobo, está servida para el triunfo de los patriotas y la liberación de Venezuela.

Lo propio ocurriría con el Coronel Cruz Carrillo, quien lleva a su mando el grueso del ejército en occidente. Haría un ataque secundario por el norte sobre el eje Trujillo-Barquisimeto –San Felipe, con el doble propósito de atacar el flanco norte de La Torre, a la vez que encubrir la aproximación del general Urdaneta por la ruta Maracaibo, Coro-Barquisimeto. El prócer culmina sin contratiempos.

Enterado del movimiento de los ejércitos patriotas, el general La Torre concentraba sus fuerzas desde el 5 de mayo en Guanare, mientras Morales, desde los llanos trataba de impedir que Páez, llegará a San Carlos. La torre concentra sus tropas en Valencia donde establece su cuartel general, ubicando sus fuerzas en la llanura de Carabobo con la idea de detener el punto de marcha de Bolívar hacia Caracas.

Bolívar concluye esta estrategia conformando tres divisiones y el orden jerárquico para la batalla. La primera División, la comandaba el General José Antonio Páez, la segunda el General Manuel Cedeño y la tercera el Coronel Ambrosio Plaza.

La estrategia de mando quedó conformada por el Libertador Simón Bolívar, como General en Jefe de la batalla, el General Santiago Mariño jefe del Estado Mayor General, el Coronel Pedro Briceño Méndez, Ministro de Guerra y el Coronel Bartolomé Salom, Sub Jefe Estado Mayor.

La independencia se selló a sangre y fuego patrio

En la Sabana de Taguanes, el 23 de junio de 1821, Bolívar pasa revista al ejército Libertador que había hecho una gran parada frente a su General en Jefe, quien arengando su tropa exclamó: ¡Mañana seréis invictos en Carabobo!”

El historiador Zurita, nos dice que cuando Bolívar se presenta en el Campo de Carabobo ya La Torre estaba establecido en defensa allí. De los 6000 hombres que tenía al principio La Torre sólo le quedaban 4700, y Bolívar llegó con 6000 militares esto como parte de las estrategias patriotas de distraccion, fijación, engaño y concentración de fuerzas.

“Bolívar va a dar la batalla decisiva, una batalla que se resume con el fuerte del ejército Libertador, más de 2000 caballos con sus jinetes, lanceros y esa era la gran arma del momento, una caballería de mayor alcance, velocidad y rapidez. El ejército español viendo esa situación planteó una batalla defensiva en la cual las maniobras se hicieran en un lugar que sea totalmente quebrado, con muchas colinas y vegetación para que los caballos tengan esa capacidad de desarrollar el gran potencial”, refiere Zurita.

En ese contexto Carlos Fagundez y Carmen Marcano de Fagundez, sustentan que en la mañana del día 24 de junio, Bolivar aprecía el dispositivo realista desde la altrura de Buenavista. El enemigo ocupaba la Planicie de Carabobo y algunas colinas que las rodeaban.

Sólo dos caminos conducían a Carabobo: Uno por San Carlos y uno por el Pao. Ambos están bien defendidos por los realistas, especialmente el de San Carlos, donde estaba ubicada la artillería.

“Convecido Bolívar de que La Torre esperaba un ataque frontal, utlizando la táctica de la sorpresa, hace adelantar a dos de sus divisiones para inducir a los españoles a pensar que su centro sería atacado. Mientras tanto, ordena a Páez rodear el ala derecha de La Torre, que era más débil y atacar al enemigo por la retaguardia”, nos dicen los autores Fagúndez.

Páez, quien inicia las operaciones a las once de la mañana por la Pica de la Mona, se encuentra con un terreno accidentado y un sendero estrecho que los hombres apenas podían pasar de dos en fondo, abriéndose camino con sus machetes a través de la maleza. La Torre comprende demasiado tarde que sería atacado por el ala derecha.

La Torre se percata que realmente vienen por un flanco que él cree imposible, y reacciona tarde, pero bien, porque manda a sus unidades a que le hagan frente a las tropas de Páez.

“Ya Bolívar había escogido un tremendo dispositivo para resolver la coyuntura, puso a su mejor hombre al frente de ese ataque de ruptura que era el General Páez, y con ello la mejor infantería que eran los Bravos de Apure y los Cazadores Británicos. Eso le va a dar los momentos decisivos cuando se creía que la batalla se podía perder con esos elementos, es con lo que Bolívar supera ese obstáculo que le puso La Torre para entrar a la sabana de Carabobo”, detalla Zurita.

La disposición de la batalla queda trastornada al tener La Torre que utilizar sus reservas de vanguardia. El jefe español envía primero un regimiento y luego otros dos contra los patriotas, asunto que los comprometían en una situación difícil. Bolívar, quien dirigía la batalla desde la colina envia refuerzos de la segunda división.

Las columnas de infantería toman las posiciones españolas por asalto y avanzan hacia la llanura, ambos bandos ponen en movimiento su caballería, pero los jinetes de Páez deciden la victoria a favor de los patriotas.

“Cuando Páez entró a la sabana con los caballos ya la situación para los españoles se hizo cuesta arriba. Cundió el pánico, entraban los llaneros que eran mortales con esas lanzas y prácticamente la batalla se había perdido. El esfuerzo o la acción principal de los realistas era impedir que llegaran los llaneros a la sabana, quienes en primer orden no habían entrado todos, apenas ingresaron 200”, nos dice Zurita.

Con la accion relatada dos regimientos españoles quedaron destruidos y el tercero se rinde cuando es completamente rodeado. Lo que quedaba del ejército español, la artillería, dos regimientos de infantería, intentan retirarse pero la segunda y tercera división que Bolívar había retenido se precipitan con toda sus fuerzas sobre el ejército en retirada. El propio Bolívar, cabalgó a las llanuras a tratar de perseguirlos, pero desiste de la idea, comentan los historiadores Fagúndez.

Zurita, refiere la importancia de la participación de Páez, en la batalla y sostiene que “era un prestigio poner un hombre como Páez, en ese ataque. Bolívar lo que hizo con inteligencia es que esa batalla se diera a nuestro favor. Nadie se fijó en los 200 caballos, sino que entró Páez y Páez era el centauro y eso cundió el pánico en las filas españolas, empezaron a desplegarse de manera desordenada y va a terminar un efecto domino sobre el ejército Realista, se van a creer perdidos en ese momento y van a tratar de salvar sus vidas”.

Al finalizar la batalla, La Torre y Morales, protegidos por el batallón Valencey, llegan a Puerto Cabello con los 2000 hombres que quedaban del ejército Realista que había combatido por casi 10 años en Venezuela. Los heridos y prisioneros fueron tratados con justicia de acuerdo al Armisticio de Trujillo.

En el encuentro militar ofrendaron sus vidas los generales patriotas Manuel Cedeño y Ambrosio Plaza y el Coronel Tomás Farriar.

El General José Antonio Páez, quien había sufrido un ataque de epilepsia en plena batalla, fue milagrosamente salvado por un llanero que combatía en el ejército Realista. Páez ve caer al teniente de Caballería popular Pedro Camejo o “Negro Primero”, quien al fragor de la batalla se presenta ante Páez, y este al verlo vacilante en su caballo le grita “!¿Tienes miedo?!”:- “!No mi general, vengo a decirle adiós porque estoy muerto!”. Al terminar el encuentro Bolívar asciende a Páez, a general en jefe en el propio campo de Carabobo, recoge la obra Simón Bolívar año tras año 1783-1830.

La batalla de Carabobo, había durado una hora y con un sentimiento patriota de unidad el padre de la Patria, había consagrado un resonante triunfo militar y estratégico para liberar a Venezuela de 300 años de vasallaje español, lo que significo además un impacto geopolítico que adquirió un carácter social e internacional. Bolívar nos había liberado de la dependencia política extranjera.

Hoy también decimos con Bolívar, “se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia”, para expresar la unidad soñada de la América meridional, que tanto Bolívar luchó y donde Venezuela se inscribió aquel 24 de junio de 1821.

En el Bicentenario de Carabobo, rendimos honores a los hombres y mujeres que dieron esta batalla y hasta ofrendaron sus vidas bajo el fuego enemigo para sellar la independencia y derrotar el coloniaje español.

¡A 200 años de Carabobo, somos y seremos siempre libres y soberanos!