Todos los 14 de enero, el país entero se siente representado por una de las actividades simbólicas de mayor importancia, especialmente, los feligreses de la iglesia católica y más si se habla de los larenses, ya que se conmemora el Día de la Divina Pastora.
Este encuentro se considera como la tercera procesión mariana más grande del mundo, después de la Virgen de Guadalupe en México y de la Virgen de Fátima en Portugal, por ser una festividad que inunda las calles del Estado Lara, a donde llegan personas de toda Venezuela para agradecerle a la patrona su protección.
Un error que generó misericordia
Cuenta en la historia que en el año 1736, el padre Sebastián Bernal, quien fungía de párroco del pueblo de Santa Rosa del Cerrito (Lara), quiso para su iglesia una imagen de la Inmaculada concepción, para celebrar sus fiestas anuales. Pero por error, a las puertas de aquel pequeño recinto llegó la imagen de la Divina Pastora, en ese momento Bernal quiso regresarla, pero las personas que lo ayudaban no pudieron recoger el cajón donde fue trasladada, convirtiéndose en la primera señal milagrosa de la advocación de la Virgen María.
Se dice que la primera procesión de la imagen fue el 14 de enero de 1856, cuando los creyentes de Barquisimeto decidieron sacar la imagen de su Templo para implorar por su misericordia, debido a la terrible epidemia de cólera que se desató en esa época en Venezuela. La plegaria fue atendida y ese mismo día cesó la epidemia.
Desde ese momento, ahora los 14 de enero, sale la imagen de la Virgen cubierta por un manto confeccionado por diseñadores, sosteniendo en su mano izquierda al Niño Jesús Pastorcito, y apoyando la derecha sobre un cordero.
Los larenses realizan la procesión en su honor, trasladándola desde su iglesia en el pueblo de Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, para regresar a su santuario el día sábado antes del domingo de Ramos en la Semana Santa.
MinFinanzas/GP