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Espíritu militar del Libertador Simón Bolívar prevalece a 208 años de culminar la Campaña Admirable

Hace 208 años, el 06 de agosto de 1813, el Ejército Libertador liderado por Simón Bolívar entró en la ciudad de Caracas, coronando con éxito la Campaña Admirable y dando inicio a la Segunda República de Venezuela, tras una gloriosa gesta militar que permitió destruir a las fuerzas militares comandadas por el jefe Realista, Domingo de Monteverde.

Para entonces Bolívar, en muy corto tiempo había podido demostrar sus grandes dotes de estratega, su coraje y el genio militar que lo convertiría en un héroe de la Patria.

El plan inicial de Bolívar para la ejecución de dicha campaña, consistió en el despliegue sobre el territorio venezolano de una ofensiva en dos direcciones: una columna dirigida por Ribas debía seguir por San Cristóbal-Selva de San Camilo-Barinas y después de libertar esta provincia se reuniría con el grueso de las tropas en Guanare o en Araure; esta columna tenía además la misión de conseguir en la provincia de Barinas, ganado y dinero para las fuerzas patriotas, nos refiere el portal Venezuela Tuya al hacer un recuento detallado de lo que fue está histórica campaña.

Luego la columna de Bolívar, marchó por la dirección de San Cristóbal, La Grita, Mérida y Trujillo, para apoyar esta estrategia operacional, el Jefe republicano había adelantado al coronel Ribas hasta San Cristóbal con tropas de Cundinamarca y algunas de Cartagena.

No obstante, Bolívar tuvo que desechar este plan, pues sólo tenía autorización de llevar sus fuerzas hasta Trujillo. En virtud de lo anterior, el 17 de mayo llegó Bolívar a La Grita con el grueso de sus tropas y el 19 continuó hacia Mérida, a donde arribó el 23 de mayo; encontrándose allí la vanguardia y las tropas que le habían precedido. En esta ciudad recibió Bolívar importante ayuda en dinero y suministros de todo género y la incorporación de 500 hombres.

Durante su permanencia en Mérida, Bolívar se puso al tanto de la ubicación y magnitud de las fuerzas realistas que operaban en Barinas y Trujillo, comprendiendo que debía actuar con rapidez a fin de evitar la reunión y fortalecimiento de las fuerzas españolas.

En consecuencia, ordenó a la vanguardia comandada por Atanasio Girardot que llevase a cabo la limpieza de la provincia de Trujillo. Posteriormente, el 3 de junio, en la tarde, los capitanes D’Elhuyar y Maza dispersaron una fuerza de 50 hombres y luego desalojaron al coronel Ramón Correa de la posición de Ponomesa (estado Trujillo) en la cual el jefe realista tenía 200 hombres. Este triunfo permitió a Girardot la ocupación de Trujillo el 9 de junio, donde Bolívar dictó días después, el 15 de junio de 1813, el célebre Decreto de Guerra a Muerte.

En su camino hacia la victoria plena, Bolívar venció a los españoles en localidades como La Grita, Niquitao, Barinas, San Carlos, los Horcones y Taguanes, para avanzar victorioso hasta la capital, luego de poner en fuga a los enemigos de la Patria.

Al respecto, el Libertador refirió: “A mi adorada ciudad natal llegué el día 6 de agosto. Tenía yo 30 años. Y ya todo el pueblo sabía que mi ejército había venido venciendo de población en población. Los realistas de Caracas, encargados del Poder Civil y Militar abandonan la ciudad precipitadamente y se esconden en La Guaira. Luego, en 14 barcos se van hacia Curazao”.

Luego una vez en Caracas, Bolívar formaliza una capitulación con las tropas realistas acantonadas en La Guaira y constituye un Gobierno Central Provisorio para las Provincias libertadas (incluyendo el oriente del país en donde Santiago Mariño triunfa con la Campaña de Oriente) quedando cada provincia bajo el mando de un Gobernador Político y un Jefe Militar. De esta manera, Bolívar asume el gobierno y el mando supremo de la Segunda República.

Además, ese mismo día que Simón Bolívar llegó a la capital recibió por parte de la Municipalidad de Caracas y a petición del gobernador de la ciudad, Cristóbal Mendoza, el titulo de «Libertador de ejércitos», para que usara ese nombre como un don que consagra la patria agradecida a un hijo tan benemérito .

Ante esto, el Padre de la Patria contestó que la recompensa que acababa de recibir era para él, “más gloriosa y satisfactoria que el cetro de todos los imperios de la tierra”.

Con este éxito culminó una hazaña política y humana que libertó numerosas poblaciones e imprimió una huella imborrable en el corazón de todos los patriotas como lo es el pensamiento bolivariano. ¡Viva la Campaña Admirable!

T: Carolina Hernandez