La Mayor de las Antillas alza su voz este 23 de junio ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), con el informe “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. El embargo que sufre el pueblo de José Martí, desde hace más de seis décadas es una expresión del modelo hegemónico del país del norte que afecta considerablemente la vida de la República e impide su normal desarrollo con naciones del mundo.
Vale destacar en este contexto, la denuncia del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, al referir que esta política cruel de Estados Unidos “ha provocado carencias a la familia cubana, en el último año, en medio de la pandemia, ha pretendido casi asfixiarnos».
Diversos países del mundo también se han solidarizado con el pueblo cubano expresando que este embargo comercial y financiero se califica como una violación flagrante del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, y como principal obstáculo al desarrollo de la nación caribeña.
Ante la cita frente a la Asamblea General de la Naciones Unidas, el ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez, quien ya se encuentra en la sede del organismo en New York, ha expresado su confianza en el acompañamiento a esta noble causa de países que respetan la autodeterminación de los pueblos.
“Confiamos en el respaldo de la comunidad internacional para el cese de esta política inhumana y violatoria de la Carta de la ONU”, publicó el canciller en su cuenta de Twitter desde que se conoció la fecha de la presentación en la ONU.
En el contexto histórico reciente, específicamente en la era “Trump”, Cuba sufrió con mayor fuerza las ilegales sanciones y bloqueos y ha denunciado que las 242 medidas impuestas por el expresidente Donald Trump durante su mandato todavía permanecen intactas, incluida la de poner el nombre de la Isla caribeña en la arbitraria lista del Departamento de Estado sobre países que supuestamente son patrocinadores del terrorismo, refiere el portal web Granma.
El informe cubano a la ONU para el periodo 2019-2020, señala en torno a uno de los aspectos económicos que la aplicación de esta genocida política durante seis décadas, ha causado cuantiosas pérdidas a la República. “Tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de un billón 98,8 millones de dólares”, refiere el documento.
En el orden de la afectación de las medidas frente a la pandemia por la COVID-19, se denuncia la imposibilidad para Cuba de comprar ventiladores pulmonares mecánicos, mascarillas, kits de diagnóstico, gafas protectoras, trajes, guantes, reactivos y otros insumos necesarios. “La disponibilidad de estos recursos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para los pacientes portadores del virus, así como para el personal de la Salud que los atiende”, prosigue el texto expresado en el Granma.
Para describir otras calamidades originadas del bloqueo 2019-2020, el informe indica que en este periodo “las numerosas regulaciones y disposiciones emitidas por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba alcanzaron niveles de hostilidad sin precedentes”.
“La posibilidad de establecer demandas al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton; el incremento de la persecución de las transacciones financieras y comerciales de Cuba; la prohibición de vuelos desde EE.UU. hacia todas las provincias cubanas, con excepción de La Habana; la persecución e intimidación a las empresas que envían suministros de combustible a Cuba, y la campaña de descrédito contra los programas de cooperación médica cubana, constituyen algunos de los ejemplos más distintivos”.
Igualmente en cuanto a la política intervencionista de los EEUU, y en contravención de lo dispuesto por la resolución 74/7 de la Asamblea General y de muchas que le han antecedido, se registraron alrededor de 90 acciones y medidas económicas coercitivas impuestas por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba, con la intención de intervenir en los asuntos internos del país y en franco menoscabo de la libertad de comercio y navegación internacionales.
“De ese total, alrededor de la mitad fueron acciones concretas de bloqueo, que incluyeron multas y otros tipos de sanciones contra entidades estadounidenses o de terceros países, inserción de empresas cubanas en listas unilaterales, prorrogación de leyes y proclamas sobre el bloqueo, anuncios relacionados con la aplicación de los Títulos III y IV de la Ley Helms-Burton y cambios regulatorios. Otro grupo de medidas evidenció la aplicación extraterritorial del bloqueo o se correspondió con decisiones del Departamento de Estado contra nuestro país”.
Parte de estas acciones de agresión económica y comercial tienen su asiento jurídico en la oficialmente denominada Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas, también conocida como la Ley Helms-Burton, que fue promulgada por el expresidente estadounidense Bill Clinton, en marzo de 1996 con el objetivo de desalentar la inversión extranjera e internacionalizar el bloqueo cubano y refuerza el bloqueo impuesto por los gobiernos estadounidenses desde 1962.
Esta ley “impone sanciones a directivos de empresas extranjeras que realicen transacciones con propiedades estadounidenses nacionalizadas en Cuba y la posibilidad de demandas en tribunales de EE.UU”, así lo refleja el informe sobre las afectaciones del Bloqueo a Cuba del año 2019, publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En ese entramado, la Ley Helms-Burton tiene el propósito de asfixiar a la economía cubana e “incrementar las carencias de la población”, buscando perpetuar el clima de hostilidad entre Cuba y los Estados Unidos.
El 7 de febrero de 1962, el entonces presidente de Estados Unidos (EE.UU.), John F. Kennedy, declaró el bloqueo unilateral de ese país contra Cuba, mediante la Ley de Ayuda Externa de 1961, con lo que cumplía el mandato expresado por el Congreso.
En el contexto actual, vale destacar que con esta votación ante la ONU del año 2021, Naciones Unidas ha sido testigo de 29 votaciones contra el bloqueo a Cuba. Unas de las votaciones más recientes, se produjo en noviembre del 2019, donde 187 naciones de los 192 países miembros dieron su voto a favor de Cuba, demostrando su rechazo a estas medidas unilaterales que afectan terriblemente al pueblo cubano y a su buen vivir.
Vale recordar, que una de las novedades durante la Asamblea de 2019, fue el voto en contra de Brasil y la abstención de Colombia como reflejo del deterioro de sus relaciones con Cuba, tras asumir la presidencia de esos países Jair Bolsonaro e Iván Duque, mandatarios que son lacayos del imperio norteamericano.
El actual Presidente de los EEUU, Joe Biden, aún no se manifiesta para acabar con esta política agresiva que viola el Derecho Internacional. Pese a ello, hemos visto cómo Cuba ha salvado miles de vidas en otros países a través de su solidaridad y hermandad internacional con las brigadas médicas Henry Reeve, especializadas en la lucha contra la COVID-19, además ha desarrollado cinco candidatos vacunales a pesar de las limitaciones que impone el bloqueo estadounidense.
T: Prensa Vicepresidencia