MPPEF(15.11.2019).- La globalización es sólo un proceso que se deriva del capitalismo y este se impone de los más fuertes a los más débiles, creando que el mundo se vuelva uno en creencias, en moneda, y en costumbres, eliminando la identidad nacional, particular de cada país.
Este fenómeno está diseñando un nuevo orden internacional, situándose en una estructura social análoga a la que estaba en vigor en los primeros años del capitalismo puro, cuando tuvo lugar el inicio de la primera revolución industrial.
En la era moderna, la globalización registró una gran expansión a fines del siglo XIX, en especial entre los países que entonces eran más adelantados. En las primeras décadas del siglo XX la globalización sufrió un retroceso, como consecuencia en gran medida del ascenso de políticas proteccionistas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, recibió un nuevo impulso, con la adopción, en el mundo occidental, de un conjunto de políticas y organismos internacionales que favorecían el desarrollo de los intercambios económicos internacionales.
Ha registrado un impulso especialmente fuerte en las últimas décadas, que recoge lo que representa el comercio en relación con el PIB en el mundo, una relación que llega a superar el 60% a principios del presente siglo frente a menos del 25% en 1960.
La globalización puede ser vista como un fenómeno económico que en las últimas décadas ha experimentado una serie de cambios relevantes como: el crecimiento abundante del comercio mundial de bienes y servicios, integración entre países abiertos a la industrialización de Asia y América, imposición de políticas favorables al libre comercio, integración de los mercados financieros y el apoyo de las multinacionales a su desarrollo, favoreciendo así el proceso de expansión.
En este proceso, las empresas y los mercados sobrepasan las fronteras nacionales y alcanzan una dimensión mundial, donde se va produciendo una integración de las economías nacionales, provocando un incremento en el volumen y complejidad de los intercambios de bienes y servicios en la economía mundial.
T/Andrea España
