MPPEF (28.10.2019).- La obsolescencia programada es la planificación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de modo tal que tras un periodo de tiempo calculado por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño, este quede obsoleto inútil o inservible.
Esta es una estrategia de los fabricantes para que quienes adquieran los productos tengan que volver a recurrir al mercado y por lo tanto, al comprar de manera más frecuente, aumenten sus ingresos.
La obsolescencia programada podemos encontrarla en prácticamente cualquier mercancía. Desde los dispositivos tecnológicos como impresoras, teléfonos móviles y portátiles donde al alcanzar un determinado tiempo el software queda totalmente descontinuado o no se pueden instalar aplicaciones nuevas, una nevera, lavadora, televisores, radios, refrigeradores y la mayoría de los productos cuya fecha de caducidad esta predeterminada por un ingeniero a cargo de una gran empresa.
La ONU ha planteado el problema: “unos 50 millones de toneladas de residuos electrónicos al año lo que suelen acabar en grandes vertederos ubicados en países en vías de desarrollo en Asia y África porque las compañías transnacionales no están autorizadas a depositarlos en terrenos de naciones desarrolladas, por el gran daño que provocan al medio ambiente y a los humanos.” Sostiene un texto sobre el tema.
Al igual pasa en con las empresas farmacéuticas, quienes prefieren investigar tratamientos médicos, que no curan en definitiva las enfermedades, y si la encuentran, la ocultan para no renunciar a los beneficios que obtienen de los tratamientos médicos.
T/MPPEF