El 30 de enero de 1818, cerca de San Juan de Payara, Bolívar y Páez se encontraron por primera vez en persona luego de vivir una larga temporada intercambiando cartas con bastante frecuencia, con el fin de cubrir la necesidad de unificar ambos ejércitos.
En el camino rumbo hacia los Llanos y en busca de Páez, Bolívar juró y a su vez hizo jurar a sus soldados ante el sacerdote patriota que los acompañaba Ramón Ignacio Méndez, el reconocimiento de él como el único Libertador.
Desde ese entonces, llano adentro, Bolívar comienza a familiarizarse con la geografía de aquel lugar donde el cielo parece desvanecerse ante la llanura imponente de esas tierras, logrando así que la casta de hombres rudos que lo acompañaban fueran los propulsores de la independencia de Venezuela y de América Latina.
Con esto en mente, los dos líderes visionarios guiaron a las fuerzas armadas de la época para lograr la libertad con el apoyo, el desarrollo, las estrategias y las políticas militares y cívicas, que con el tiempo se reflejaron en las victorias de los diversos campos de batalla, enarbolando la bandera de una América libre y soberana.
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