(MPPEF 23-08-2019).- Los países que sufren abiertamente agresiones financieras por parte de los Estados Unidos, representan un desafío a su modelo económico hegemónico, en la actualidad estos países son una alternativa al intentar despolarizar la economía global, y romper específicamente con el régimen del entramado económico y financiero estadounidense y del dólar.
Estados Unidos al ver esta realidad pone en práctica mecanismos injerencistas de cambio de régimen en países soberanos, utilizando la economía como arma y produciendo diferentes escalas de conflictos, que afectan principalmente a las poblaciones.
Estos mecanismos se evidencian en la guerra comercial impuesta a China, la presión financiera, la imposición de aranceles a la Unión Europea, y el bloqueo y embargo financiero de varios países como Cuba, Nicaragua, Irak, Irán, Libia y actualmente Venezuela; con el fin de asfixiar a su población y forzar un cambio en sus modelos políticos.
La medida de embargo contra Venezuela, apunta a significar un bloqueo total que restringe el intercambio comercial y económico.
Similar también es el caso del embargo que en 1985 arropó a Nicaragua, cuyas medidas tenían especial énfasis en prohibir la importación y exportación de productos entre ambos países y afectó también, al tráfico aéreo y marítimo entre EEUU y Nicaragua, ocasionando una guerra mediática junto a ensayos de guerra civil.
Por su parte, en Irak sucedió el embargo total a su economía, durante la Guerra del Golfo, el precio de los productos básicos aumentó en un asombroso 1.000% entre 1990 y 1995, lo que condujo a la desnutrición generalizada y al hambre, particularmente entre los niños, quienes murieron como resultado de las condiciones empobrecidas causadas por las sanciones.
En agosto de 2018, EE.UU emprendió un paquete de sanciones contra Irán producto de presiones de amenazas de bloqueo naval, guerra mediática y amenaza de intervención militar, para forzar acuerdos en materia nuclear, restringiendo la compra o adquisición de dólares por parte del gobierno de Irán.
En China impulsó la guerra comercial y cibernética, además de una amenaza nuclear para acabar con la seguridad nacional.
En el caso de la República Bolivariana de Venezuela, la guerra económica ha traído consigo la guerra mediática, ensayos de guerra civil, grupos terroristas financiados desde el exterior, guerra eléctrica, incursiones aéreas, amenazas de bloqueo naval e incluso amenazas de invasión militar contra el pueblo, para con esto adueñarse de las riquezas del país.
El presidente Donald Trump, firmó la Orden Ejecutiva del 25 de agosto de 2017 contra la economía venezolana, en paralelo Rusia, China, Irán y Corea del Norte eran objeto de sanciones económicas por parte de EE.UU, lo que demuestra que es una política sostenida.
Es importante destacar que estos países no responden a los intereses geopolíticos del imperio norteamericano y por esta razón este se ha atribuido a forzar cambios políticos, todo esto acompañado con la presión política conformada por aliados de EEUU en el plano internacional.
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