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A un año de la “Operación Gedeón”, unión cívico-militar-policial sigue firme y en defensa de la paz de Venezuela

Una acción terrorista sorprendió al pueblo de Venezuela el 3 de mayo de 2020, con una incursión mercenaria en aguas territoriales de la nación, cuando en las costas de Litoral Central, en Macuto, se avistaron grupos armados que fueron neutralizados en unión cívico-militar-policial, era la “Operación Gedeón”. Esta fue planificada por la ultraderecha nacional desde Colombia en complicidad con su gobierno, contó con la participación del narcotráfico y la orden de la Casa Blanca para desestabilizar el país y emprender una intervención militar extranjera.

El fin central era un golpe de Estado para bañar de sangre a la nación y obtener el poder político. Entre los planes extremistas que continuaban geográficamente hasta las costas de Chuao, (costas de Aragua) los grupos armados tenían la orden del magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro, acabar con el alto mando del Gobierno Bolivariano y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), así como atentar contra las sedes de instituciones emblemáticas de los Poderes Públicos, hasta llegar al Palacio de Miraflores. Se establecía además la persecución y muerte de líderes del Poder Popular y llenar al país de muerte y dolor.

La acción mercenaria con grupos armados entrenados en Colombia, fue neutralizada en Macuto y en Chuao con la “Operación Negro Primero, aplastamiento del enemigo”, que de manera audaz y estratégica logró mantener la paz del país. La unión cívico-militar-policial, y estuvo liderada por la FANB, Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana, la Guardia Nacional Bolivariana, la Milicia Nacional Bolivariana y el pueblo.

La “Operación Gedeón”, fue llamada así por los cerebros participantes como una forma de identificar al quinto de los jueces del pueblo judío del antiguo Israel, que preparó un ejército de 300 hombres para atacar a los madianitas, reseña el portal web de la televisora Telesur.

Previo a esta agresión extremista, se había preparado un plan mediático desde los Estados Unidos, para con falsos positivos acusar al jefe de Estado de estar vinculado al narcotráfico. Se ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares por su captura y llevarlo a territorio norteamericano para supuestamente ser juzgado. Se apuntaba a una matriz de opinión contraria para ejecutar la “Operación Gedeón”, con éxito ante la opinión pública y justificar la invasión militar gringa en suelo venezolano.

Ya neutralizadas las estrategias enemigas, uno de los líderes de la incursión, Robert Colina Ibarra, alias “Pantera”, militar desertor fue dado de baja durante el enfrentamiento con las autoridades y a quien Cliver Alcalá Cordones, otro militar desertor vinculado al narcotráfico colombiano y jefe de la operación golpista denominó como «uno de sus hombres de confianza».

Colina Ibarra, dirigía el campamento de entrenamiento número 3, en la localidad de Riohacha (norte de Colombia), esto había sido denunciado con anterioridad por el Gobierno Bolivariano, en voz del entonces Vicepresidente Sectorial para la Comunicación, Dr. Jorge Rodríguez Gómez, quien mostró frente a los medios de comunicación diversas pruebas gráficas y testimoniales de las acciones golpistas.

Colina Ibarra, también estuvo entre los implicados en la operación de infiltración de arsenal militar en territorio venezolano, frustrado por la Policía de tránsito colombiana el pasado 23 de marzo, refiere Telesur.

Durante el día, Alcalá Cordones, aseguró a la emisora colombiana WRadio que el contrato para la compra del arsenal militar incautado en marzo pasado se realizó con agencias de Estados Unidos (EE.UU.) y el conocimiento de Colombia.

En contexto, todos fueron dirigidos por el director ejecutivo de Silvercorp USA, Jordan Goudreau, exsoldado estadounidense, contratado por el entonces diputado Juan Guaidó, líder del partido de ultraderecha venezolana Voluntad Popular y quien es dirigido por el hoy prófugo de la justicia Leopoldo López. Más tarde las investigaciones evidenciaron la participación de la Administración para el Control de Droga (DEA, por su sigla en inglés)
La acción mercenaria tuvo como base un contrato por 212 millones de dólares firmado entre Juan Guaidó, Sergio Vergara, Juan José Rendón, -ambos asesores políticos de Guaidó- y Jordan Goudreau, representante de Silvercorp USA, donde se incorporaban 300 hombres armados y debidamente entrenados. Este documento que más tarde fue presentado ante los medios de comunicación evidencia que fue firmado el 16 de octubre del año 2019.
La empresa de seguridad Silvercorp USA, con sede en Florida, está determinada como “una contratista especializada en problemas irregulares, que presta servicios de asesoría a corporaciones en evaluación de riesgos, en negociaciones de casos de secuestros y extorsiones».

Durante las operaciones incautaron diez fusiles, una pistola Glock 9 milímetros, dos ametralladoras AFAG, seis vehículos terrestres tipo camionetas, una lancha con dos motores fuera de borda, dos cuadernos con detalles de la operación violenta, teléfonos satelitales, identificaciones, uniformes, un casco con la bandera estadounidense, y cartuchos cargados de diferentes calibres. Algunas de las armas formaban parte de las sustraídas un mes antes del Palacio Federal Legislativo.

La “operación Gedeón” fue liderada por militares desertores junto a grupos armados entrenados en campamentos paramilitares establecidos en Colombia.

Para entonces el militar desertor Javier Nieto, en una entrevista a un medio en Miami, reveló detalles de la operación -que para él aún continúa- y dijo que el objetivo último es detener al presidente venezolano Nicolás Maduro y llevarlo a Estados Unidos para ser juzgado por presuntos delitos de narcotráfico, indica Telesur.

Entre los detenidos se capturaron a Rodolfo Rodríguez y Yerferson Fernández, ambos expolicías desertores, Antonio Sequea, líder de la operación vinculado al intento frustrado de golpe de Estado el 30 de abril de 2019. Juntó a él su hermano Juvenal Sequea. También fue apresado, Gustavo Adolfo Hernández, participante en la operación.

En ese contexto, Antonio Sequea afirmó que el Gobierno estadounidense estaba en completo conocimiento de la «Operación Gedeón» y continuó diciendo que Jordan Goudreau tenía comunicación continua con los mercenarios, sabía todos los avances, asesoraba, resolvía cualquier novedad e informaba a los individuos sobre los movimientos de las Fuerzas Armadas de EE.UU.

4 de mayo de 2020 continúa la Operación Gedeón

Los pobladores de la zona costeña de Chuao, en el estado Aragua, neutralizaron una nueva incursión marítima de la “Operación Gedeón” que intentó derrocar al presidente legítimo de Venezuela. Los residentes del pueblo costero interceptaron a ocho mercenarios y los entregaron a las Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Entre los primeros detenidos, se encontraban dos ciudadanos estadounidenses, miembros del equipo de seguridad de Donald Trump identificados como Luke Alexander Denman y Airan Berry, quienes revelaron el plan terrorista. También cayó Adolfo Baduel, (alias Simón) hijo del general Raúl Isaías Baduel y quien declaró de forma voluntaria su participación en los hechos.

El Ministerio Público, estableció las investigaciones pertinentes que llevaron a nuevas detenciones para sumar 85 implicados. Entre tanto el pasado mes de marzo la Fiscalía de Colombia, confirmó que la operación Gedeón, para derrocar al Presidente Nicolás Maduro, se planeó en Bogotá, reseño el portal web del ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores.

“Con el fin de capturar a miembros del Gobierno de Nicolás Maduro, toda la operación se planeó en la ciudad de Bogotá por Clíver Alcalá”, señala la Fiscalía.

Igualmente agrega el fiscal: “Una operación ilegal en territorio colombiano para adiestrar fuerzas paramilitares integradas por militares y policías venezolanos, que tenían la motivación de adelantar acciones ilegales contra gobiernos extranjeros”.

Estas acciones dirigidas desde por el gobierno colombiano y financiadas por la administración estadounidense a cargo del hoy expresidente Donald Trump, habían sido denunciadas de forma permanente por el Presidente de la República Nicolás Maduro, con pruebas contundentes ante la opinión pública nacional e internacional.

Hoy, a un año de la derrota moral que se le propinó, la unión cívico-militar-policial expresada en el “Operación Negro Primero, aplastamiento del enemigo”, a los planes golpistas, se evidencia que el enemigo común es el hegemon norteamericano y su aliado el gobierno colombiano y ante ello el pueblo de Venezuela se mantiene firme junto a su líder Nicolás maduro, para preservar la paz y la soberanía del país.