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42 años de la Revolución Sandinista: Victoria que inspira a los pueblos libres a seguir su lucha antiimperialista

Hoy 19 de julio, se cumplen 42 años de la “Gran Victoria Popular de la Revolución Sandinista”, proceso que dio paso a una nueva historia con la derrota a la dictadura de la familia Somoza, que había subyugado por décadas al pueblo y en su lugar se inscribió un periodo de intensas transformaciones sociales y económicas a favor del soberano de esta nación centroamericana. Hoy este hecho histórico es un ejemplo de valentía y dignidad por la soberanía y contra el antiimperialismo en nuestro continente.

Encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la Revolución Sandinista, produjo cambios radicales en la nación. El 19 de julio de 1979, puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, el último de esa familia que ocupó el poder, y desde entonces emprendió una serie de cambios trascendentales en el país, como una campaña de alfabetización y una reforma agraria, entre otras acciones revolucionarias.

Durante la dictadura en Nicaragua, existían un alto nivel de analfabetismo, lo que a los gobernadores en esa etapa les permitía controlar a la población.

La primera etapa de la Revolución Sandinista, no fue favorable para la nación centroamericana. La agresión militar y económica de quien era el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, desgastó a la nación, frustrando los ingentes esfuerzos por llevar a fondo la justicia social.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), así denominado en honor de César Augusto Sandino, héroe de la resistencia nicaragüense contra la ocupación norteamericana entre 1927 y 1933, fue fundado en 1962.

Desde un principio se manifestó contra la dictadura de la familia Somoza, la influencia norteamericana y a favor de establecer una nación socialista.

La lucha del FSLN, contra el régimen somocista, comenzó en 1961, pero la avanzada se intensificó en 1979, cuando las facciones de la organización, con el apoyo de la población nicaragüense, decidieron llamar a huelga general.

Ese día histórico, las columnas guerrilleras sandinistas entraron en Managua, acompañados por el pueblo, para consumar la derrota de la dictadura y reivindicar la lucha popular.

Dicha revolución, en el año 1979, tomó su nombre del movimiento guerrillero que lideró la lucha armada en contra del gobierno de la época, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), asimismo, el FSLN tomó el suyo de Augusto C. Sandino, el patriota nicaragüense.

Un aguerra imperialista sin tregua contra el FSLN

Muy temprano el FSLN, encontró al enemigo historio: el imperialismo. Siendo una pequeña nación debió enfrentar al enemigo más poderoso del mundo con un modelo de agresión que se dispuso con los grupos armados y financiados por la administración estadounidense bajo el nombre de los “Contras” o “contrarrevolucionarios”, quienes actuaban bajo el terrorismo entre los años de 1979-1990.

El movimiento de la Contra agrupó diferentes organizaciones con objetivos diversos, siendo la «Fuerza Democrática de Nicaragua», FDN, su facción más importante. En 1987 prácticamente todas las ramas que formaban la Contra se unieron en la «Resistencia Nicaragüense». Su líder principal fue el coronel Enrique Bermúdez Varela y Adolfo Calero su fundador, y llegó a alcanzar la cifra 22.000 combatientes, mientras que su base de operaciones se estableció en Honduras.

Lo anterior daba cuenta del fuerte financiamiento que los Contras, recibían por parte de la Casa Blanca, durante la administración de Ronald Reagan. Además se promovió una campaña de propaganda para alterar la opinión pública del pueblo nicaragüense a favor de los Contras, registran portales web.

Esta práctica de la guerra contra los pueblos libres y soberanos quedó en evidencia ante el mundo y probada por la Corte Internacional de Justicia en el Caso Nicaragua, contra Estados Unidos en 1984, revelándose que el gobierno Reagan entrenaba, armaba, financiaba y abastecía a las Contras, principalmente a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Se sumó en 1986, el escándalo Irán-Contra, que evidenció que EE. UU vendía armas de forma ilegal a Irán para financiar las Contras. La resolución del Tribunal Internacional de La Haya, condenó a los Estados Unidos a indemnizar a Nicaragua con 17.000 millones de dólares, entonces.

Para 1989, se firmaron los acuerdos de Managua, que contemplaban la celebración de un proceso electoral democrático y la desmovilización de la Contra.

También fue creada la coalición Unión Nacional Opositora (UNO), la cual aglutinaba a 14 partidos opuestos al FSLN entre liberales, conservadores, democratacristianos, socialcristianos, socialdemócratas, socialistas y comunistas, que tenía como candidatos a la presidencia y la vicepresidencia a doña Violeta Barrios de Chamorro (conservadora y viuda de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario La prensa) y Virgilio Godoy Reyes (liberal independiente), respectivamente.

El 25 de febrero de 1990 se celebraron las elecciones, las que dieron la victoria a la UNO con el 54% de los votos, mientras que el FSLN quedó con 40%.

Las políticas neoliberales marcó los siguientes años de los gobiernos de Nicaragua y en el año 2007 Daniel Ortega, regresa al poder por la vía de los votos y con ello el triunfo de la Revolución sandinista que hoy enfrenta al mismo enemigo: el gobierno de los Estados Unidos.

La Revolución Sandinista, debe verse como la verdadera independencia de Nicaragua, con el ejemplo de Augusto César Sandino y su pensamiento Bolivariano.

Actualmente, el Gobierno de esa nación a cargo del revolucionario, Daniel Ortega Saavedra, ha diseñado una estrategia de desarrollo basada en programas sociales tales como Hambre Cero, Plan Techo, Usura Cero, Merienda Escolar, Bono Productivo y Casas para el Pueblo, que en su conjunto se dirigen a la disminución y erradicación del drama de la pobreza.

Nicaragüenses apoyan la gestión del Gobierno sandinista

Una encuesta asesorada y validada por el Banco Mundial, reveló que la pobreza ha decrecido en esa nación en los últimos años. La investigación dio como resultado que 70% de los nicaragüenses clasifica en la categoría de no pobre, algo inimaginable en los duros 17 años de Gobiernos neoliberales que precedieron al regreso de Daniel Ortega a la presidencia en el año 2007.

El pueblo nicaragüense ha sabido reconocer en su líder y presidente Daniel Ortega y su compañera de fórmula presidencial, Rosario Murillo, el esfuerzo para alcanzar el bienestar común y la justicia social. Este binomio presidencial alcanza actualmente un apoyo contundente que se traduce en una virtual derrota de la política de la derecha.

El FSLN, fue uno de los muchos movimientos guerrilleros inspirados por la Revolución cubana que surgieron en el continente durante esa época. En la actualidad, el presidente Daniel Ortega y pueblo siguen firmes, defendiéndose con mayor dignidad de los ataques del imperialismo.

Actualmente, Nicaragua enfrenta las agresiones sistemáticas de la derecha internacional con pretensiones de derrocar al Gobierno del presidente Daniel Ortega, electo por voluntad popular expresada en las urnas, sin embargo prevalece la dignidad de las mayorías que transita sus caminos de libertad con la Revolución Sandinista y se declara antiimperialista.

En esencia, Nicaragua sigue dispuesta, como siempre, a ser libre y soberana. Es la misma Nicaragua con su génesis sandinista que hoy, como siempre está de pie; la misma Nicaragua sandinista que es leal, absolutamente leal, a la memoria imperecedera de sus heroínas, héroes y de sus mártires.

T: Alberdry Romero