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13 de Abril Día de la Dignidad Nacional

Prensa Banco Bicentenario del Pueblo .- (Caracas, 13 de abril de 2017).- El 13 de abril de 2002 la unión cívico-militar logró derrotar el Golpe de Estado mediático que contó con el respaldo de las cúpulas políticas tradicionales, los empresarios aliados a Fedecámaras, los oficiales de alto rango y el gobierno de la Casa Blanca, los cuales vieron vulnerados sus privilegios con las leyes que había aprobado el presidente Hugo Chávez, por la vía habilitante en el año 2001.

Dos días antes, el 11 de abril todo el escenario del Golpe estaba montado desde las pantallas de televisión, a través de una manipulación mediática sin precedentes. Se presionaba el derrocamiento de un Gobierno legítimo que había llegado a Miraflores para comenzar un proceso de cambio y transformación, orientado a la inclusión social y el rescate de la soberanía nacional.

Las cúpulas que habían gobernado el país hasta 1998 no deseaban un pueblo despierto, y menos aún, consciente de defender su máximo recurso natural, el cual pretendió entregarse a las transnacionales en el último periodo presidencial de Rafael Caldera, mediante el Plan de Apertura Petrolera.

Por este motivo, debía de construirse una coartada política a nivel nacional e internacional para que se interrumpiera de manera inmediata el mandato del presidente Chávez, con el fin de silenciar las voces de millones de desposeídos que había dejado el neoliberalismo en la década de los 90’ y adormecer cualquier intento de cambio en la región.

Sin embargo, lo sucedido el 13 de abril puso en su justo lugar al cantor del pueblo Alí Primera cuando en uno de sus temas decía: “el pueblo es cuero seco, si lo pisas por un lado, por el otro se levanta”. Este día el pueblo y los soldados patriotas al rescatar a Chávez se reivindicaron asimismo, porque el Comandante desde su llegada al poder y hasta el último día de su vida no traicionó, ni dejó solos a los venezolanos.

Se puede decir que el 13 de abril, Hugo Chávez y el pueblo afianzaron mucho más el lazo de hermandad iniciado en 4 de febrero de 1992. Fue un hecho inédito para el país, el experimento de guerra psicológica contra miles de seguidores de la oposición quienes fueron usados como carne de cañón para derrocar a un gobierno legítimo. Pero más inesperado fue el hecho que en Venezuela se restableciera el hilo democrático y constitucional sin que el pueblo chavista desbordara su ira en armas contra los verdugos que lo persiguieron durante 48 horas.

En las calles del 13 de abril de 2002 en Venezuela, retumbaba el “queremos a Chávez” y al mismo tiempo los políticos de derecha, los oficiales traidores y la jerarquía de la Iglesia Católica huía por la puerta trasera de Miraflores.

Desde Turiamo el propio presidente Chávez, años más tarde, relataba cómo era presionado para que firmara la renuncia. Pero él siendo un hombre de llano, patriota y profundamente bolivariano no se dejó amilanar por las adversidades y prefirió ponerse firme ante un mandato dado por los venezolanos el 6 de diciembre de 1998, para tomar las riendas de la autodeterminación.

La derecha al no lograr su cometido para que el Comandante renunciara se vio en la obligación de terminar su breve locura dictatorial. En la noche del 13-A, ya en Caracas el entonces presidente de la Asamblea Nacional, William Lara, le anunciaba al mundo que mientras el presidente Chávez llegaba al Palacio de Gobierno asumía el cargo el vicepresidente Diosdado Cabello de manera provisional.

El pueblo hecho millares esperaba ansioso la llegada de Chávez y su grito se hizo escuchar a varios kilómetros a la redonda cuando del helicóptero bajó levantando la mano zurda saludando a los venezolanos, que pacientemente sobrevivieron al oscurantismo neoliberal.

Tras su retorno el máxino líder de la Revolución Bolivariana ofreció un mensaje al país, exigiendo respeto a la Carta Magna y al mandato del pueblo. Hizo un llamado a la tolerancia y a la conducta democrática para todos aquellos que lo adversaban y expresó: “el Pueblo llegó a Miraflores para no irse jamás”.

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