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Especial | Simón Bolívar late con su legado libertario en el pecho del pueblo venezolano

«Amo la Libertad de la América más que mi gloria propia, y para conseguirla no he ahorrado sacrificios».

Simón Bolívar

Descendiente de una familia de origen vasco con destacada posición económica y social, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte Palacios y Blanco, nació en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1783. Fue uno de los principales protagonistas del proceso independentista de Hispanoamérica. En la actualidad no sólo es recordado y honrado por promover y alcanzar la emancipación de Venezuela y de cinco naciones más de América, sino también por su amplio legado ideológico emancipador y antiimperialista que ha servido de inspiración para otros pueblos en distintos continentes.

Durante sus 47 años de vida, El Libertador desarrolló un amplio pensamiento político e impulsó grandes batallas y hazañas militares de gran relevancia para América del Sur, además de sus ideas liberadoras y emancipadoras. Bolívar fue un hombre de verbo y acción.

Simón Bolívar, es un líder universal que desde temprana edad se impuso contra cualquier violación de los derechos humanos, en especial a todo lo que atentara contra la dignidad humana. Es por ello que dedicó su vida a la liberación de los pueblos del Sur manteniendo presente los principios de libertad, justicia y valores morales y sociales como la dignidad, respeto, e igualdad.

Predicaba que para ser libres lo fundamental era la educación del pueblo, y su interés por la educación quedó inmortalizado en el apremiante aforismo que estableció en su discurso ante el Congreso de Angostura “Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”.

Infancia y entorno familiar del niño Simón

El Libertador, fue el cuarto hijo del Coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte y doña Concepción Palacios Blanco, sus tres hermanos mayores fueron María Antonia, Juana y Juan Vicente, hubo otra niña después de él, María del Carmen, que murió al nacer. No había cumplido los tres años de edad cuando muere su padre en enero de 1786 y 6 años más tarde, en 1792, falleció doña Concepción. María Antonia y Juana contrajeron matrimonio y los hermanos Bolívar quedaron bajo el cuidado de abuelo materno, don Feliciano Palacios. Al morir el abuelo, Simón quedó al cuidado de su tío y tutor Carlos Palacios.

En julio de 1795, cuando cumplía 12 años, huyó del lado de su tío, para acogerse en la casa de su hermana María Antonia y su esposo. A esa edad comenzó a recibir formación del maestro Simón Rodríguez, quien estaba a cargo de la Escuela de primeras letras de la ciudad. Rodríguez se marchó de Caracas en 1797, pero el niño Simón siguió su formación con otros maestros como Carrasco y Vides, quienes le dieron lecciones de escritura y de aritmética y al Presbítero José Antonio Negrete, profesor de Historia y de Religión entre otros.

En enero de 1797, cuando estaba por cumplir los 14 años ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua. Al año siguiente fue ascendido a Subteniente. El adiestramiento práctico en los deberes militares lo combinaba con el aprendizaje teórico de materias las matemáticas, el dibujo topográfico, la física, etc.

A comienzos de 1799, viajó a España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la rectoría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustáriz, se dedicó al estudio ampliando sus conocimientos de historia, literatura clásica y moderna, y de matemáticas, francés, esgrima y baile.

Más tarde, en Madrid conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, de quien se enamoró y con la cual contrajo matrimonio en 1802. Luego de contraer nupcias con la joven Rodríguez del Toro viaja a Venezuela, pero poco duró la felicidad de Simón. María Teresa murió en enero de 1803. El joven viudo regresó a Europa ese mismo año y se estableció en París desde 1804. La recopilación de los datos bibliográficos de El Libertador Simón Bolívar, reposa en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes “Biografía de Simón Bolívar”, escrito por Manuel Pérez Vila.

Bolívar, ilustre estratega militar

En Paris, Bolívar, sigue ampliando sus conocimientos y se reencuentra con su maestro Simón Rodríguez, quien se convierte en su compañero de conversaciones, lecturas y viajes. Van juntos a Italia y en Roma en 1805, en el Monte Sacro, Bolívar jura en presencia de su maestro no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta que haya logrado libertar al mundo Hispanoamericano de la tutela española.
Luego de este juramento en 1806, escucha hablar de los intentos realizados por el Precursor Francisco de Miranda en Venezuela y Bolívar considera que ha llegado el momento de volver a su Patria.
Sigue narrando de manera cronológica Manuel Pérez Vila, en la “Biografía de Simón Bolívar”, que la vida pública del Libertador comienza el 19 de abril de 1810 cuando La Junta Patriótica, lo nombra en compañía de Luis López Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el Gobierno Británico.

A partir de esa fecha inician sus brillantes campañas militares, en las cuales alternarán victorias y reveses hasta 1818, y a partir del año siguiente predominarán los triunfos, a la cabeza de un pequeño ejército comprometido con la causa patriota, el mismo ejército que le daría la libertad a Venezuela el 24 de junio de 1821 con la gloriosa Batalla de Carabobo.

Simón Bolívar, libertad e integración de América

A Simón Bolívar, se le conoce como El Libertador de América, título que consideraba su premio más preciado, a pesar de los numerosos homenajes que le tributaron las naciones americanas, éste era su máximo galardón los describió como “superior a todos los que ha recibido el orgullo humano”.

Desde 1812, encabezó la lucha por la independencia de América del imperio español logrando en los 11 años siguientes la liberación de un millón de kilómetros cuadrados específicamente en Colombia, Bolivia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela “en la unidad de nuestras naciones descansa el glorioso futuro de nuestros pueblos”, dijo Bolívar en resumen de su sueño de una América unida.

Bolívar y su legado antiimperialista y revolucionario

El legado de Bolívar quedó inmortalizado en la fuerza de su pensamiento e ideas. Obra ideológica que no solo es reconocida en América Latina, sino que su lucha es reconocida como un estandarte universal de la libertad y la igualdad de los seres humanos. La emancipación del yugo español fue el punto de partida de todo su ideal bolivariano y revolucionario.

El pensamiento de Simón Bolívar es la fuente principal que ha dado vida a muchos proyectos en diversas naciones, incluyendo la misma Venezuela, cuna del Libertador que por años estuvo secuestrada y bajo la bota del imperialismo con los gobiernos que antecedieron la Revolución Bolivariana.

El proyecto del Libertador bien lo definió en tres documentos que pudiésemos calificar de fundacionales de su doctrina: La Carta de Jamaica, Discurso de Angostura y el Manifiesto de Cartagena.

En los documentos prenombrados Bolívar, expresa su visión de una Patria nueva sin oprimidos, ni opresores. Además expresó sus deseos emancipadores donde se respetara y garantizara la educación gratuita y de calidad para todos, la no intromisión de países extranjeros en las naciones libres, el cese de la dominación económica de las potencias imperiales, la integración energética, económica y política de los países de América Latina y el Caribe, pensamiento que muy bien supo materializar el Comandante Eterno Hugo Chávez, al consolidar grandes bloques regionales como Unasur y Petrocaribe.

El gran ideal del Libertador podría ser sintetizado por el poeta Pablo Neruda de la siguiente manera «Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos».

Pero Bolívar no sólo dejó como legado sus ideas y pensamientos bolivarianos, sino que además dio cátedra de liderazgo y su capacidad de dirigir y de formar lo corroboraron.

Bien lo describe Beltrán Prieto Figueroa en su majestuosa obra El Magisterio Americano de Bolívar: “Su acción de Libertador es más bien acción liberadora, porque tiende a enseñar a los hombres el uso de la libertad recién amanecida y a contener los abusos y desmanes de quienes, por no estar acostumbrados a actuar libremente, corrían peligro de extraviarse en el camino”.

Y es que eso fue Bolívar, más que libertador de naciones, fue libertador de hombres, además que su visión de integración y libertad estaba cargada de un profundo contenido humano.

Dice igualmente Prieto Figueroa, que tal era el humanismo de Bolívar que se multiplicó en millones, un hombre capaz de desprenderse de sus intereses individuales para sufrir con sus hombres de lucha el parto de una Patria libre “canta y baila con ellos, alienta sus alegrías, apacigua sus ímpetus, exalta sus virtudes, reanima a los que decaen, ayuda a los que flaquean; es pañuelo para las lágrimas de las madres que lloran a sus hijos muertos en los combates, amparo de los desvalidos, lumbre para el pobre”.

Al cumplirse 238 años del natalicio del Libertador Simón Bolívar el tributo más preciado es el sabernos en una Patria libre e independiente. El ser un pueblo capaz de defender sus ideas, su nombre, su doctrina y su esfuerzo.

En torno a esta obra del Libertador, el Comandante Eterno Hugo Chávez, retomó el sueño de Bolívar y fue la Revolución quien lo bajo de las estatuas para convertirlo en millones y como también lo profetizaba Neruda en su poema “Un canto para Bolívar”: “Despierto cada cien años cuando despierta el pueblos”, o como lo describía el líder cubano José Martí: “Aquí está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en su roca de crear con el Inca al lado y un haz de banderas a los pies”, así sigue Bolívar en medio de su pueblo, firme calzando sus botas de campaña y empuñando su sable de libertad.

Hoy somos un pueblo y generación a la que le ha tocado la difícil tarea de preservar su legado y culminar lo que a él le falto hacer. Hoy Venezuela hace suyo el legado de Bolívar en un contexto de construir un nuevo amanecer con tintes de unidad e integración latinoamericana y antiimperialistas, pero sobre todo con la convicción de seguir siendo libre y soberana ¡Viva el Libertador de América!

T: Prensa VIcepresidencia