Hace 17 años, en la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata, Argentina, se levantó la voz progresista de los pueblos del sur para derrotar el proyecto de dominación económica que pretendía instaurar el imperialismo estadounidense, convirtiendo el mercado latinoamericano en un espacio de acceso sin restricciones para las transnacionales de Norteamérica.
Una medida a claras luces neoliberal, disfrazada bajo el acuerdo del Área de Libre Comercio de las Américas (Alca) y que se encontró con la firmeza y dignidad los líderes de países del Sur, como Néstor Kirchner, de Argentina; Lula Da Silva, de Brasil y Tabaré Vásquez de Uruguay, de la mano del Comandante Hugo Chávez.
Esta histórica victoria, representó además el despertar de los pueblos de América Latina y significó un cambio radical en las estructuras políticas y sociales de la región, en el que por primera vez los pueblos tomaban el protagonismo.
Marcando de esta manera lo que representó el inicio de una alianza política entre los tres países, que se traduciría en la construcción de un proyecto emancipador para Suramérica, con la consolidación del Mercosur y, más tarde, con la creación de otros organismos regionales como la Unasur y la Celac, que no incluía ni a Estados Unidos ni a Canadá.
¡Alca, Alca, al carajo!
Durante la Cumbre de los Pueblos que se celebrada en paralelo a la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata, Argentina, los movimientos sociales latinoamericanos se agruparon en el Estadio Mundialista para rechazar la propuesta del Alca.
En estos espacios, donde fue ovacionado por miles de personas, el Comandante Chávez proclamó la derrota del imperialismo, certificando que en la ciudad argentina, se encontraba la tumba del ALCA y nacía la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), como modelo de integración económica surgida desde la necesidad real de los pueblos.
“Tenemos una doble tarea, enterrar el Alca y el modelo económico imperialista capitalista por una parte, pero por la otra, a nosotros nos toca ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros del Alba, la Alternativa Bolivariana para las Américas, llegó la hora de la segunda independencia de los pueblos de la América, ha llegado la hora”, expresó el Comandante Chávez aquella tarde de 2005.
Es así, como haciéndose eco de aquella consigna popular que quedó grabada en la memoria colectiva, el Líder de la Revolución Bolivariana en su intervención gritó: ¡Alca, Alca, al carajo!, marcando el fin de este proyecto que quiso ser impuesto desde Washington.
Prensa Minfinanzas / AT
