El 9 de marzo del año 2006, el Poder Legislativo venezolano por iniciativa del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, aprobó la inclusión de una octava estrella en la Bandera de Venezuela con el fin de mantener vigente el decreto del Libertador Simón Bolívar en reconocimiento a la tierra rebelde de Guayana.
Durante la sesión, la primera combatiente Cilia Flores fue la encargada de realizar la exposición de motivos de dicha propuesta, quien para el momento de su defensa era diputada de ese ente, al igual que los parlamentarios Rodolfo Sanz y Ángel Rodríguez.
Mientras corría el año 1817, el padre de la patria Simón Bolívar, habiéndose trasladado a Guayana hacia el mes de mayo, se percató de la importancia que en distintos órdenes posee esta provincia para ganar la guerra contra España.
En el recorrido encontró diversas riquezas naturales, productos agrícolas y ganaderos en las Misiones del Caroní, las cuales jugarían un papel decisivo en las próximas campañas para llevar a buen término la guerra de Venezuela y el traslado del Ejército Patriota a Nueva Granada en 1819.
Aunque el diseño de la Bandera que presentó Francisco de Miranda ante el primer Congreso de Venezuela, fue aprobado el 14 de julio de 1811 y contemplaba las tres franjas: amarillo, azul y rojo; este no preveía ninguna estrella. Sería entonces para mayo del año 1817, con la liberación de Margarita y las operaciones de Guayana, cuando se incorporan las siete estrellas que representaban las provincias que habían proclamado la Independencia el 5 de julio de 1811.
De esa manera, tras asegurarse la completa expulsión de autoridades españolas de Guayana, el Libertador procede a decretar la inclusión de la octava estrella “… como emblema de la Provincia de Guayana”.
El decreto sobre la octava estrella fue la consecuencia de otro, dictado el 15 de octubre de 1817, a poco tiempo de concluir la acción fluvial sobre el Orinoco y los fortines de la vieja Guayana, hecho que junto a las diversas operaciones de la Batalla de San Félix -ocurridos en el marzo anterior-, completaron la liberación de la estratégica Provincia de Guayana.
En ese contexto, el Padre de la Patria dotó de la octava estrella al Tricolor Nacional, reconociendo la importancia de Guayana en la gesta independentista de Venezuela, invocando el espíritu bolivariano para la refundación de la República.
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