En el año 1825, específicamente el 14 de febrero, el Congreso de Perú rindió honores a Antonio José de Sucre, otorgándole el título de Gran Mariscal de Ayacucho, para reconocer su lucha y dedicación por la independencia y la liberación de los pueblos del sur.
Su incansable labor lo llevó a enfrentarse contra el dominio español, siendo de inspiración al Congreso peruano para concederle el mayor grado jerárquico militar que existía para la época, luego de liderar la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.
Otras naciones del continente sucumbieron ante los logros libertarios de Sucre, ya que el 11 de febrero de 1825, fue nombrado como General en Jefe, por el Congreso de Colombia, debida a su participación en el encuentro de Ayacucho.
Estos ascensos y reconocimientos marcaron un hito en la historia de Venezuela y de Latinoamérica, Antonio José de Sucre, dedicó gran parte de su vida en luchar contra la oligarquía y la invasión española que tenía amenazado a la mayoría de los pueblos del sur
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