Tal día como hoy el 26 de agosto del año 1914, nació en la ciudad de Ixelles, Bélgica, Julio Florencio Cortázar Descotte, el escritor, cuentista y ensayista argentino quien con el ingenio de la palabra traspasó los límites de la escritura para hacer de las historias una experiencia mágica con lo hermoso y complejo de la humanidad.
Cortázar, realizó estudios de Letras y de Magisterio y trabajó como docente en varias ciudades del interior de la Argentina. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desde donde desarrolló una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Se destacó como maestro del cuento, la prosa poética, ensayo y la narración breve en general.
Debido a la profesión de su padre, se apegó a la literatura con amor a la que se entregó con tanta pasión que fue obligado por un médico, a limitar las horas de lectura que, en su niñez ya superaban las cuatro horas diarias.
El propio Cortázar relata los primeros años de su vida en una carta enviada desde París en 1963 “Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acababa de casarse se llevo a mi madre a Bruselas. Me tocó, nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la primera guerra mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo volver a la Argentina; hablaba sobre todo francés, y de él me quedo la manera de pronunciar la «r», que nunca pude quitarme. Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso. Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido de que no guardo un recuerdo feliz de mi infancia; demasiadas servidumbres, una sensibilidad excesiva, una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados”.
Se apegó a leer las increíbles historias de Julio Verne, el cual influenció en gran medida en el estilo e historias del escritor argentino, que aun cuando fue un niño de nueve años escribió un cuento que, debido a su calidad, no le creyeron considerando que se trataba de un plagio y no le fue reconocido. Desde corta edad fue un lector empedernido a lo que sin duda contribuyó que fue un niño enfermizo con muchas horas en cama.
Su infancia le marcó tanto que aquella parte de su vida quedó plasmada en cuentos como La señorita Cora, Final del juego o el más conocido, Bestiario, publicado en 1951, en el libro del mismo nombre, en el que se incluyen ocho relatos, entre ellos, además, Circe. Julio Cortázar habla de hechos cotidianos que se vuelven pesadillas y que cambian la percepción del mundo. En Bestiario cuento que da nombre al libro el autor narra la historia de una adolescente, Isabel, que va a pasar el verano en casa de sus parientes Los Funes, en una casa grande, en la que hay un tigre que termina matando al tío, dueño de la propiedad.
Las primeras obras de Julio las publicó bajo el seudónimo «Julio Denis» y posteriormente comenzó a publicar como Julio Cortázar obras de inmenso alcance que hoy forman parte de la literatura universal.
Su novela Rayuela conmocionó el panorama cultural de su tiempo y marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea.
El personaje principal de la novela es Horario Oliveira, un traductor argentino exiliado que mantiene una relación difícil y tormentosa con La Maga. Con Rayuela, Cortázar se salta la estructura tradicional de la novela y ofrece al lector varias posibilidades de lectura, incluido el azar. Una genialidad que fue toda una revolución en la narrativa.
Otra obra de gran connotación escrita por Cortázar fue Los reyes, publicado en 1949, es el primer libro que lleva su nombre y es un poema dramático en el que el autor propone su peculiar y extraña versión del mito del Minotauro.
Historias de cronopios y de famas, esta obra surrealista que vio la luz en 1962, está formada por cuentos cortos surrealistas, que le costaban entender hasta al propio autor.
Sobre el significado de los cronopios, Cortázar explicó que “vino así, el nombre y la imagen, y es por eso que al principio cuando se los define, se busca la definición en el mismo libro. Empecé a escribir sin saber cómo eran y luego ya tomaron un aspecto humano… relativamente humano, porque nunca son completamente seres humanos, con esas conductas especiales de los cronopios que son un poco la conducta del poeta, del asocial, del hombre que vive un poco al margen de las cosas, frente a los cuales se plantan los famas que son los grandes gerentes de los bancos, presidentes de las repúblicas, de la gente formal que defiende un orden”.
Otros como Casa Tomada, El Perseguidor, Todos los fuegos el fuego, Territorios, Deshoras y Salvo el crepúsculo acompañaron la vida literaria del escritor argentino.
Hoy a 107 años del natalicio de este famoso escritor, los pueblos del mundo recuerdan la vida de este personaje de las letras que seguirá brillando en la humanidad con un gran reconocimiento debido a la magia y belleza de sus palabras.
